Se alojó en un hotel de Montevideo

Mafioso italiano cayó en Uruguay gracias al sistema de registro hotelero

Autoridades conocían la identidad falsa del requerido, pero no tenían rastros de él

Publicada 05/09/17
Mafioso italiano cayó en Uruguay gracias al sistema de registro hotelero

El Registro Informático de Huéspedes y Pasajeros (R.I.H.P) que los hoteles de Uruguay cumplen, y que administra el Ministerio del Interior, permitió que uno de los hombres más buscados del mundo, Rocco Morabito, fuera capturado por la Policía en Montevideo. Morabito, líder de la mafia calabresa Ndrangheta, cartel dedicado al tráfico de cocaína, estaba prófugo desde 1995.

En la noche del viernes 1° de septiembre, “surgió” que un hombre identificado como Francisco Antonio Capelleto Souza se había hospedado en un hotel del Centro de Montevideo. Se trataba de Rocco Morabito, prófugo italiano requerido a través de Interpol por ser uno de los líderes del cartel Ndrangheta, acusado de tráfico de drogas entre 1988 y 1994 y considerado como “el rey de la cocaína” de Milán en esos tiempos.

“La Justicia uruguaya fue enterada y en un operativo policial en el mismo lugar donde estaba alojado fue detenido”, informó el Jefe de Crimen Organizado e Interpol de Uruguay, Julio Sena.

¿Cómo fue que “surgió”? Debido al Registro Informático de Huéspedes y Pasajeros que en Uruguay se universalizó a niveles de los hoteles en el año 2014, cuando fue actualizado del viejo sistema de planillas manuales que los policías pasaban a buscar por recepción. Desde entonces, los hoteles tienen la obligación de ingresar los datos de los huéspedes en el registro. Al llegar para alojarse, como a cualquier pasajero, le fue solicitado su documento, por lo que presentó su cédula uruguaya a nombre de Francisco Antonio Capelleto, conseguida a partir de documentos brasileños también falsos, incluida una partida de nacimiento. También había tramitado en Uruguay la libreta de conducir y porte de arma.

Rocco Morabito, en la habitación de hotel en la que fue identificado y detenido tras 22 años prófugo. Foto: Unicom.
Rocco Morabito, en la habitación de hotel en la que fue identificado y detenido tras 22 años prófugo. Foto: Unicom.

Así fue que la Policía se enteró de que Francisco Capelleto estaba esa noche en ese hotel de Montevideo.

A fines de marzo las autoridades uruguayas habían recibido información desde Italia respecto a la posibilidad de que Morabito estuviera viviendo en Uruguay bajo una identidad falsa. Se hizo un chequeo de sus huellas digitales en la base de datos de Migración y este rastreo arrojó una coincidencia: las huellas de Morabito eran las mismas que las de Francisco Capelleto.

En realidad, el italiano de 51 años –uno de los cinco mafiosos más requeridos en su país- vivía en Punta del Este desde 2004, en una residencia que llamó “Salve”. Según Subrayado, tras una discusión con su esposa –una angoleña con pasaporte portugués- el prófugo viajó a Montevideo y se registró en el hotel.

En el momento de su detención tenía consigo una pistola 9 mm., una importante suma en dólares y pesos uruguayos, 13 teléfonos celulares, varios chips de celulares y documentación uruguaya con nombre falso. Sena informó que la información de los aparatos y los chips fue compartida con la Dirección de Drogas, para ver si se pueden establecer vínculos en el país.

Elementos incautados al prófugo italiano. Foto: Unicom.
Elementos incautados al prófugo italiano. Foto: Unicom.

La Justicia uruguaya procesó al italiano por uso de documento falso, y se le determinó arresto administrativo con fines de extradición. Deberá cumplir la pena que se le asigne en Uruguay “y posteriormente será extraditado a Italia”.

La importancia del registro hotelero obligatorio es destacada por la Asociación de Hoteles y Restaurantes del Uruguay (AHRU) como un valor que distingue a los alojamientos registrados y formales de los alquileres informales.

Juan Martínez, presidente de AHRU y de la Cámara Uruguaya de Turismo ha mencionado en reiteradas oportunidades que la seguridad es un valor importante: “los hoteles tenemos nuestras bases de datos conectadas con Interpol y cuando ingresa un pasajero, Interpol puede saber enseguida si se trata de una persona requerida, procesada, etc. Eso no ocurre en otros tipos de alojamientos que, consideramos, pueden encubrir situaciones no deseadas, desde tráfico de drogas a explotación sexual infantil, y otras actividades ilegales que expresamente combatimos”.

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