Recomiendan a Buenos Aires "anticiparse" para evitar el malestar de los ciudadanos

La solución a la turismofobia “es la gestión de flujos y no las medidas disuasorias”, dice OMT

Publicada 02/10/17 -Actualizada 06/09/23 17:52h
La solución a la turismofobia “es la gestión de flujos y no las medidas disuasorias”, dice OMT

Taleb Rifai, secretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT), en su paso por Mendoza (Argentina), planteó que “estamos viviendo en la era del viaje y nada lo va a detener”, por lo que en lugar de temerle al crecimiento y buscar expulsar turistas, lo que hay que hacer es aprender a “manejar a las multitudes”. Carlos Vogeler recomendó a Buenos Aires anciparse para "evitar caer en situaciones difíciles de corregir".

Durante una conferencia de prensa en Mendoza, de la que participó HOSTELTUR LATAM, Rifai recordó que el año pasado se contabilizaron 1.200 millones de turistas cruzando fronteras, “uno de cada seis habitantes del mundo”, y reflexionó que “apoyar el turismo y desarrollarlo no es una opción, sino que es un destino. Estamos llamados al desarrollo sostenible del turismo más que a su limitación”.

Cuando hablamos de ‘turismofobia’, hablamos de un desmanejo y de malas prácticas en cuanto a la sostenibilidad en lugares que reciben a turistas”, comentó el secretario general de OMT, al participar de la 2ª Conferencia Internacional de Turismo Enológico en Mendoza, remarcando que “en lugares como Barcelona, Venecia, Dubrovnik, Roma, donde van los turistas todos al mismo tiempo en una temporada y llenan la ciudad, ahí hay un problema. No se está manejando bien". Por eso, recomendó “tener políticas para un manejo sostenible, que pueda hacer que los turistas vayan visitando distintos lugares y no el mismo lugar en el mismo momento”.

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También Carlos Vogeler, Secretario Ejecutivo de Relaciones con los Miembros de OMT, señaló ante la prensa -incluida HOSTELTUR LATAM- que la solución “no creo que esté en la búsqueda de medidas disuasorias, como imponer impuestos o cerrar el centro histórico de una ciudad, sino que el camino va por la gestión escalonada y ordenada de los flujos de visitantes”.  (Ver: Barcelona crea una tasa para todos los visitantes aunque no pernocten)

A su entender, los responsables de la gestión de los destinos “tendrían que buscar métodos innovadores y creativos para ordenar la capacidad de carga”, dado que la congestión de turistas “daña el activo propio que se quiere visitar”. Pero también “deben educar a la población receptora, porque a veces en algunos destinos encontramos una hostilidad que, en algunos casos, viene propiciada por posicionamientos políticos y eso es malo”.

Para Vogeler “es importante que la población receptora no esté contaminada políticamente por factores que le hagan rechazar al turista, y que lo vean como alguien que les aporta algo positivo en lo económico y lo social”.

En su visita a Buenos Aires, para presentar un estudio sobre el rendimiento del turismo urbano, celebró que “afortunadamente Buenos Aires está lejos de sufrir el problema de Barcerlona, y la recomendación sería anticiparse, aprender de lo que esta sucediendo a su alrededor, para evitar caer en situaciones difíciles de corregir. La imagen que se está proyectando es de una ciudad moderna, ordenada, inquieta por resolver los problemas que toda ciudad tiene y reúne las condiciones adecuadas, desde el punto de vista institucional-administrativo, para poder construir una buena relación entre el flujo de visitantes y la población receptora”.

Para conocer lo que está pasando con la turismofobia en Europa ver:

Turistificación: la palabra de moda para demonizar al turismo

Roma, París, Barcelona... ¿hartas del turismo?

Barcelona, Berlín y Venecia, capitales europeas en saturación turística

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